Estudio: Efecto del "Captura y Suelta" en el crecimiento del Black Bass

La liberación de los peces tras su captura en la pesca deportiva, el llamado "captura y suelta", está ganando popularidad en todo el mundo y desempeña un papel cada vez más importante tanto en la gestión de la pesca como en la conservación de los ecosistemas. El efecto en la mortalidad por captura y suelta está bien documentada entre especies, pero hay otros efectos "secundarios" que no se han evaluado en un entorno natural.


El estudio ("Respuesta de crecimiento del black bass (Micropterus salmoides) a la captura y suelta: un estudio de 27 años") se basa en una exhaustiva recogida de datos sobre hábitos del black bass durante 27 años en un lago de EEUU para hacer un análisis sobre cómo afecta la captura y posterior liberación del pez a su crecimiento, algo realmente relevante para poder evaluar bien los efectos de esta práctica deportiva.

Objetivo del estudio y métodos empleados:
El objetivo principal del estudio era evaluar si realmente había una modificación en el patrón de crecimiento de los basses capturados respecto al patrón de crecimiento natural. Para ello, los autores del estudio utilizaron los datos obtenidos en el Lago Paul, un pequeño lago oligotrófico de 1.7 hectáreas y una profundidad máxima de 12 m. El Lago Paul está cerrado al público y ha sido constantemente monitorizado desde 1984. El black bass es la especie dominante en el lago, representando el 95% de la biomasa piscícola.


Los datos utilizados fueron recogidos desde 1984 hasta 2010. Los basses se mantuvieron en viveros correctamente oxigenados durante como máximo 1 hora hasta que fueron medidos y etiquetados. Cada vez que un pez fue capturado, se midieron longitud y peso. Además, la mayoría de los peces fueron sometidos a lavado gástrico para el análisis de la dieta.

Durante el ejercicio de la pesca, los peces fueron capturados lo más rápidamente posible y se hicieron esfuerzos para minimizar la exposición al aire. Se utilizó una variedad de artificiales y cebos vivos.

Para el estudio se usaron datos de 1054 basses, y 2120 capturas, es decir, que muchos fueron capturados más de una vez. El intervalo entre capturas para un mismo ejemplar varió entre 1 y 98 días. El tamaño medio de los peces fue de 214 gr. / 246 mm., y el máximo fue de 704 gr. / 384 mm. La mortalidad inmediata promedio fue de un 1%.


Resultados:
Tras el análisis, los autores obtuvieron los siguientes resultados:
  * El black bass, tras su liberación, generalmente exhibe un período corto de pérdida de peso.
  * Esta pérdida es especialmente importante los 4 días siguientes a su libaración.
  * Las tasas de crecimiento aumentaron rápidamente después de 5-12 días.
  * Después, las tasas de crecimiento fueron aproximándose a las de un pez no capturado, hasta que, después de 27 días, el crecimiento observado se correspondía al natural.
  * Esta pérdida de peso afecta más a peces pequeños (menos de 200 gr.) que a grandes, aunque por otro lado, recuperan más rápido el ritmo de crecimiento natural.


En general, el estudio concluyó que aunque las tasas de crecimiento posteriores a la captura muestran pérdida de peso, los peces capturados más de 24 días después de la pesca alcanzan una tasa estable que probablemente corresponde a condiciones de crecimiento normales.



Así, los efectos de una sola captura no afectarán probablemente al crecimiento estacional de individuos o funciones ecológicas relacionadas con el tamaño, como la fecundidad, la supervivencia en invierno o el refugio.

En definitiva, la captura y posterior liberación del black bass no debería tener efectos importantes, ni en el individuo ni en la población, por lo que un hipotético daño en este sentido no puede ser excusa para practicar el captura y suelta, no solo del black bass, si no de cualquier otra especie dentro de la pesca deportiva.


Referencia:
Timothy J. Cline, Brian C. Weidel, James F. Kitchell, and James R. Hodgson. Growth response of largemouth bass (Micropterus salmoides) to catch-and-release angling: a 27-year mark–recapture study. Can. J. Fish. Aquat. Sci. 69: 224–230 (2012)

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